Es ronda de selección de candidatos. Estela hace sus cábalas y sonríe: si el resto de jugadores sigue minando la popularidad de su compañero de partido y a la sazón Presidente del Gobierno, le bastará con usar la habilidad especial de su Medio de comunicación para subir la suya propia por encima de la de Mario. Y eso le garantizará convertirse en candidata por el partido azul a la presidencia del Gobierno. De modo que al colocar sus cartas bocabajo, se asegura de asignarle una carta de habilidad especial a su Medio de comunicación. Es pan comido.
O no. Porque tras colocar los jugadores sus marcadores de juez sobre las cartas que desean investigar, Mario declara que una de sus cartas usa un marcador de maletín, que coloca sobre el Medio de Comunicación de su compañera de partido.
Estela traga saliva. Sabe que de ahí no puede salir nada bueno. Y de hecho, así es: cuando Mario revela la carta en cuestión todos ven que se trata de un Cambio de línea editorial.
—Hijoputa… —dice Estela mientras descarta, con dolor de su corazón, su Medio de Comunicación.
—¿Y qué esperabas? —contesta Mario.
—¿De ti? No esperaba otra cosa, desde luego.
—Tu periódico no ha dejado de sacarme trapos sucios en todo lo que llevamos de legislatura. Así, ¿cómo vamos a dar imagen de un partido unido? Sé razonable. Ahora, con el nuevo director, todo irá mucho mejor, ya lo verás.
(Continuará…)